9 de junio de 2005

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Es increible como podemos cambiar de colores, odbiar los colores tristes y tornarnos neutros, silenciosos; respirar días de inseguridad e incredulidad personal y entonces de repente, entender la cínica idea de la paz, como si las respuestas fueran guerra implacable, si los motivos fueran la necesidad del olvido de muchos; sacrificios de mártires que no son mas que prófugos.
Intuitivamente entiendo lo fácil que podemos cambiar, que ser tristeza o paz no implica mas que la entrega misma; que podemos ser felicidad, calidéz, colores de ilusión. Si tan solo infundimos entrega suficiente y amnegada.
Entendí que podemos ser tanto payasos como pianistas, es decir, es solo cuestión del pastel o las teclas de queramos usar; ahora bien, si podemos ser lo que anhelamos ser, aquí queda mi cuestionante: Por qué querer nunca es suficiente?

A.W.
05.

1 comentario:

rivera dijo...

si te digo que es porque la vida es justa? me creerias?