Las palabras, como cualquier otra daga en el universo, provocan estados de shock, desmayos, convulsiones y muertes fortuitas. Así mismo, también provocan despertar...como ahora.
20 de diciembre de 2005
Nunca me había sentido peor....
No sé que decirte a ti que sabes que estás ahí, no tengo siquiera una excusa, no puedo dormir bien, no quiero verte, no tengo la fuerza para mirarte a los ojos.....
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