A mi hijo Fernando; porque aunque no fuiste Cecilia, te amo tal cual o mucho más.
Me encontraste jugando
cuando llegaste, abracé los miedos
no quería mirar a lo oscuro;
entonces llegaste tú
ofreciéndome tantas cosas
y encendiste todas las luces...
W.
1 comentario:
Lucecitas para dentro, para el camino, para el corazón.
Besos a los dos, hombres de mi casa.
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