Las Olvido, digo...las Olivo.

Las Olvido [digo perdon], las Olivo, son parte esencial de mi existencia; una y otra princesas en el reino de Say nO MOre; mi cuarto están impregnados de esa sensación de que ellas los poseyeron en un determinado instánte de mi existencia, se arroparon con el alba de mis sueños y los hicieron suyos.

[Mia]

Mia, la más desenfrenada de las dos, princesa desprevenida de la maldad humana, ferviente seguidora del vivir; mi amnate desnuda y divina, la que se enrolla en las fauces de mis sabanas sin siquiera tocar mis manos, la que me quiere a morir, la que llamo mi sombra, mi hermana, mi amada fiel, la virgen. Ella me enseñó su amor por mi tocandome con las fauces de una blanca mujer, sin remordimiento, desde el primer día que la conocí. me enamoré de su extraña diferencia, no era tan solo "otra mujer", ella conocía el mar, las fauces del amor, era hermosamente bohemia, despreocupada y sonriente, amante de las escapadas de la luna y cientos de cosas que podría halagar hasta no poder más. Sabes que la canción es para ti verdad?

[Athenea]

Athenea, la más cauta de las dos, la princesa de los cuentos de hadas. La que ha de ser rescatada de alguna manera; quizás mas silente y cauta que la primera, esa, la chica de la luna; atrapada a millares de siglos de mi realidad, que no la veo tan a menudo pero que quiero igual que la otra, con locura y anestésico fervor. Ella siempre ha estado a mi lado, al menos eso es lo que recuerdo, cuando caminabamos juntos por el castillo tomados de la mano sin que nadie nos importara, dueños de nuestro tiempo; ella se queja, se duele de que su principe amigo, amante hermano se haya olvidado de ella, de su bellesa distante, que no quiera acercarse y respirar la fragancia de su corazón. En las noches, recuerdo la última vez que la vi: vestia colores distantes y frios, se quejaba de no conocerme, de que yo era un extraño para ella; aun así conservé la calma y le rocordé cuando la lluvia mojaba nuestra calle. Ella sonrió y me dijo que se marchaba. Hace ya algunas centurias [en el tiempo del amar] que no sé de ella.

Nunca he podido elegir a ninguna de las dos cuando ellas lo solicitan, en el tiempo en que las rencillas anidaban en nuestras palabras; más los días cambia y las cosas mejoraron mucho. Ya no llueve tanto entre nosotros tres, aunque debo de reconocer que la distancia nos ha puesto lejos y he recibido quejas de ambas, entiendo que por esto hablo con ustedes de ellas; de mis amores, mis sueños y pesadillas, mis amantes, una quizás más amada que la otra, eso nunca lo definiremos....

Ustedes saben que las amo, que estoy aquí [aunque quizás no quiera estarlo] y que para mi ustedes son parte del diario respirar. Siempre estaré ahí para ustedes, lo prometo.

A.W.

06.