2 de agosto de 2011

Pastores en el Metro



Yo no quiero pastores en el Metro
tampoco sacerdotes o rabinos, aclaro
no es una cuestión de culpar a unos
y presidenciar a otros;
nadie quiere a Dios sin desayuno
enviados nocivos gritando a todo pulmón
que de los que llegamos temprano al trabajo
quizás la mayoría no logremos llegar a su reino,
una especie de secuestro de personas dignas
que tal vez tampoco han desayunado
aunque  quieran a Dios en sus casas.
Yo no quiero lamentos en el Metro
en ese refugio de cálidos 25 minutos 
contra  la ciudad, el humo y el ruido,
de todos los problemas de la superficie
con mis deudas, mis preguntas
y mis tantas dudas de mí mismo
para también sumarle la ansiedad
de cientos de salvadores de la palabra
de los que compran biblias y no alimentan a los pobres;
de los que pastorean hambrientos y piden diezmos;
de los que me recuerdan  que no se por qué  murió mi padre.
Yo no quiero a Dios en el Metro
Tenemos todos los días para él, cada segundo
Y no entiendo porque se le hace tan difícil
Dejar un momento sólo para mí.

A.W.
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5 comentarios:

Carolyn dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carolyn dijo...

Hasta estos días nos siguen los Fariseos. Where is the love???

GirlFromSantiago dijo...

En siendo que lo quieras :-)

Franklin P dijo...

La paciencia de Dios es infinita, pero a veces me pregunto si hasta El de vez en cuando se cansa de estos predicadores del miedo.

Excelente Poeta.

Karim López dijo...

Tenemos el producto en todo momento, lo que no queremos son a los vendedores, menos a esa hora del día.
.-K