Al final, no nos acordaremos tanto de las palabras de nuestros enemigos, sino de los silencios de nuestros amigos.
Martin Luther King, Jr.
Martin Luther King, Jr.
Recuerdo cuando los conocí a casi todos (Retaría a la mayoría a que me dijera el primer día que nos vimos), los amigos son almas tan hermosas que llegan en un momento inesperado de nuestra vida, algunos tan mágicos como dañinos; otros pasivos y sonrientes que jamás, jamás se irán de nuestro lado. Igual estarán los neuróticos, los callados, los simples, los más complicados, los tristes y los alegres, los desvergonzados, en fin, amigos infinitos mientras nos estemos comunicando con los demás.
Es tan lindo y tan traumático pensar los amigos que tengo y los que he perdido, de una parte están los que perdí, a veces sin siquiera saber el por qué; del otro lado los que empujé a alejarse de mí con la esperanza de dejar de ser un lugar seguro para ellos, para que se atrevan a vivir por sí mismo y encontrar su propia razón, su propio camino. A cada uno de ellos los recuerdo con euforia.
Traje este título de “Ya no somos Beatles” porque no conozco amistad que haya terminado tan triste y severamente dañada como la de los 4 de Liverpoool, por sobre todo Lennon y Maccartney que aunque no fueron amigos desde el inicio, encontraron en su interés común una vía para complementarse de manera tal que busco y busco en mi memoria y no recuerdo dúo tal cual de maravilloso y agonizante como el de estos dos. Quizás por eso amo tanto el disco “Let it Be”. Pues se trata de la indiferencia y la genialidad en su máxima expresión.
Me he sentido un Beatle muchas veces, quizás Lennon; quizás Paul; o por qué no, Ringo o George. Más el sentimiento no viene de sentirme capaz de lograr genialidades musicales o artísticas en general como los maravillosos 4, sino en el hecho de que siento que de alguna manera he vivido luces y sombras con mis amigos. Conocer una persona y encontrar esa sintonía de que sabes al minuto que tienes una mano que se extenderá para siempre; encuentros fugaces que jamás olvidas e hicieron puente; miradas inmersas en uno de ellos/as al verlo por primera vez; gestos de amor, tanto carnal como emocional que algunas veces se asienta como un hermosa amistad y otras se consume como un amor intenso y sin excusas; tantas versiones de esto, tantos sentimientos.
La verdad hace unas semanas atrás comprendí porque ya no somos Beatles. El tiempo pasa poniendo distancias, descuidos, falta de fe, egoísmo y tantas capacidades humanas de indiferencia que a veces hasta la usura parece una forma de vida certera. Me miro al espejo de los años y me veo sin cabellos, con otra perspectiva de la vida, atado (A veces tercamente) a mis convicciones más sinceras, a mi libertad de amar y sentir amor en lo que creo, peor por sobre todo, sin la energía y las sonrisas en muchos de estos seres que iniciaron el camino a mi lado; mirando detenidamente veo los muchos que ya no están. “When i find myself in times of trouble, mother Mary comes to me speaking words of wisdom, let it be”…♪♪♫
Quiero dejarles a todos los que considero mis amigos esta versión arrugada de una sensación que llevo con tristeza y con desconsuelo; desdén de olvidarla; razón tonta de escribir; calambres en el alma (Gracias Charly!). Al final, siempre al final, la mejor razón es la que mejor se ajuste a cada uno de ustedes mis amigos, seres que me han llevado a ser un mejor ser humano, un más atrevido ser humano, un más apasionado ser humano, un más tonto ser humano.
Es tan lindo y tan traumático pensar los amigos que tengo y los que he perdido, de una parte están los que perdí, a veces sin siquiera saber el por qué; del otro lado los que empujé a alejarse de mí con la esperanza de dejar de ser un lugar seguro para ellos, para que se atrevan a vivir por sí mismo y encontrar su propia razón, su propio camino. A cada uno de ellos los recuerdo con euforia.
Traje este título de “Ya no somos Beatles” porque no conozco amistad que haya terminado tan triste y severamente dañada como la de los 4 de Liverpoool, por sobre todo Lennon y Maccartney que aunque no fueron amigos desde el inicio, encontraron en su interés común una vía para complementarse de manera tal que busco y busco en mi memoria y no recuerdo dúo tal cual de maravilloso y agonizante como el de estos dos. Quizás por eso amo tanto el disco “Let it Be”. Pues se trata de la indiferencia y la genialidad en su máxima expresión.
Me he sentido un Beatle muchas veces, quizás Lennon; quizás Paul; o por qué no, Ringo o George. Más el sentimiento no viene de sentirme capaz de lograr genialidades musicales o artísticas en general como los maravillosos 4, sino en el hecho de que siento que de alguna manera he vivido luces y sombras con mis amigos. Conocer una persona y encontrar esa sintonía de que sabes al minuto que tienes una mano que se extenderá para siempre; encuentros fugaces que jamás olvidas e hicieron puente; miradas inmersas en uno de ellos/as al verlo por primera vez; gestos de amor, tanto carnal como emocional que algunas veces se asienta como un hermosa amistad y otras se consume como un amor intenso y sin excusas; tantas versiones de esto, tantos sentimientos.
La verdad hace unas semanas atrás comprendí porque ya no somos Beatles. El tiempo pasa poniendo distancias, descuidos, falta de fe, egoísmo y tantas capacidades humanas de indiferencia que a veces hasta la usura parece una forma de vida certera. Me miro al espejo de los años y me veo sin cabellos, con otra perspectiva de la vida, atado (A veces tercamente) a mis convicciones más sinceras, a mi libertad de amar y sentir amor en lo que creo, peor por sobre todo, sin la energía y las sonrisas en muchos de estos seres que iniciaron el camino a mi lado; mirando detenidamente veo los muchos que ya no están. “When i find myself in times of trouble, mother Mary comes to me speaking words of wisdom, let it be”…♪♪♫
Quiero dejarles a todos los que considero mis amigos esta versión arrugada de una sensación que llevo con tristeza y con desconsuelo; desdén de olvidarla; razón tonta de escribir; calambres en el alma (Gracias Charly!). Al final, siempre al final, la mejor razón es la que mejor se ajuste a cada uno de ustedes mis amigos, seres que me han llevado a ser un mejor ser humano, un más atrevido ser humano, un más apasionado ser humano, un más tonto ser humano.
He conocido a tantos de ustedes; llevo a tantos de ustedes conmigo cada día, amigos; siento que ya he perdido a tantos de ustedes mis amigos; presiento que todavía llegarán muchos más de ustedes, maravillosos amigos, que aunque quizás ya no sea un Beatle, sé con certeza de que todo estará donde debe de estar, pase lo que pase; sea como sea.
Yo sé que tú también lo sabes…
W.
Two of us riding nowhere
Spending someone's
Hard earned pay
Two of us Sunday driving
Not arriving
On our way back home
We're on our way home
We're on our way home
We're going home
Beatles – Two of us
2 comentarios:
Los amigos son como nosotros, agua siempre nueva. Están lo que son y serán, los de este momento, los que parecían y no...y en el jardín se quedan.
No, John, Ya no somos Beatles... pero seguimos aqui, amigos.
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