3 de marzo de 2011

Verdad Absoluta



Me ensucié las manos 
para poderte encontrar
y sabías a todo lo que esperaba
dejando siempre tantas cosas,
tantas cosas rotas;

Melancolía compañera,
asueto de demencias infinitas
guárdame páginas de historias
contrarias a estas mías,
defiéndelas con todas las espadas
fortines, claustros, monasterios,
congregaciones y miradas estacionadas;

Préstame tus canciones
tus zapatos azulejos y fríos
aunque no sepa bailar
o quererte con ellos puestos
mientras bailas para otro;

Préstalos a la simple tarea
de convertir mi ganancia en fuerza,
los sentimientos francos, en eso,
un torrente interminable de nada
y ensuciarme las manos
porque encontré, y perdí.

A.W.
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